Son conscientes de los peligros que corren y buscan en sus dueños el sentimiento de seguridad que necesitan en un momento de gran vulnerabilidad para ellos. Las personas que tienen un perro como mascota están acostumbradas a conocer el por qué de todas sus reacciones. Pero para una de ellas no encuentran explicación. Cuando les sacan a pasear, se paran a hacer sus necesidades y se quedan mirándoles fijamente, a lo ojos. ¿Es una cuestión de concentración?, ¿tiene miedo a que le abandones mientras está ocupado?, ¿vergüenza? Pues no. La veterinaria Kathryn Primm sostiene que la clave está en que cuando están en ese momento íntimo se sienten indefensos: “Para sobrevivir, los perros deben ser conscientes del riesgo. Defecar es una de las veces en la vida de un animal cuando está en su punto más vulnerable. Debe adoptar una postura para realizar la tarea y debido a esto, no está en posición de luchar o huir fácilmente”. El perro está muy familiarizado con su entorno y es consciente de los riesgos que corre. Por eso, en los momentos en los que necesita defecar, deben detenerse totalmente, por lo que no podría defenderse de un ataque o de huir ante un eventual peligro.

Esto significa que el animal es consciente de su vulnerabilidad y debido al estrecho lazo que le une a su dueño le mira para saber si puede estar tranquilo. Ellos están aconstumbrados a proteger a sus dueños y esperan que en esos momentos “delicados” sean los dueños los que los protejan a ellos. El lenguaje corporal del amo es fundamental para ellos, por lo que le mira fijamente para saber si debe tener miedo o no.

La veterinaria Mary Friedman, añade en “The Dodo” que lo que les hace vulnerables es la posición que adoptan para hacer sus necesidades. Esta sensación de vulnerabilidad la han heredado de sus ancestros salvajes, los lobos, que tienen que valerse por sí mismos en la naturaleza. “Creo que los perros se aseguran tener la espalda cubierta contigo mientras están en esa posición vulnerable durante un periodo prolongado”, sostiene.

Por ello, ambas expertas recomiendan a los dueños de las mascotas que durante ese momento íntimo se mantenga la calma y no hagan movimientos bruscos para que el animal pueda terminar de hacer sus necesidades.

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