Como bien es sabido las funciones del manto son dos, la primera es proteger la piel de agentes externos y la seguna es la de proporcionar al organismo de un aislante térmico. En estado de rapado ambas funciones se pierden, pudiendo ser las consecuencias muy serias. En el primer caso una piel sin protección es fácilmente agredida por el roce con ramas, pinchos que pueden causar lesiones, a veces agudas, esto lo vemos mucho en galgos que tienen muy poco pelo, pueden sufrir también fácilmente alergias por contacto que no sufrirían con pelo, quemaduras por sol, dermatitis por bacteria, ácaros….En el segundo supuesto, el aislante, obviamente si no hay aislante, cuando el perro está relajado en un lugar sombreado y fresco se sentirá mucho más fresco, pero cuando va a pasear y correr subirá MUCHO MÁS RÁPIDO de temperatura, lo cual favorece la posibilidad de GOLPES DE CALOR, así lo dicen los estudios, que el riesgo de golpe de calor en perros rasurados es mucho más alto que en perros con manto natural. Después aparece un tercer problema, una patología también perfectamente descrita en dermatología veterinaria, la ALOPECIA POST CLIPPING (del verbo to clip, rasurar en inglés), los perros cuando son rasurados crean primero la capa secundaria, el pelo interno, a la larga (y a veces desde la primera rapada en las razas spitz y nórdicas) pueden dejar de crear pelo primario, el de cobertura, lo cual acaba creando serios problemas cutáneos y alopecias parciales o totales. Así pues, NO SE DEBEN RAPAR LOS PERROS DE DOBLE CAPA, sólo se debe hacer por cirugía, parcialmente, o por una dejadez enorme al estar lleno de placas de nudos pegados a la piel, y así no hacer sufrir al animal.