Hay mucho debate sobre la amputación de orejas u oteoctomía, tanto a favor como en contra. Debido a esto, hemos decidido buscar información en estudios y artículos veterinarios reales, para así, poder dar una visión de está práctica lo más real posible y evitar las suposiciones personales de ciertas personas.
La oteoctomía se ha usado a lo largo de la historia del hombre y el perro, no es algo actual, incluso en la época romana a los perros se les cortaba tanto las orejas como la cola, ¿La razón? Funcionalidad, en esa época, además de no haber leyes para los derechos de los animales, y tener una representación de estos totalmente distinta a la actual, los perros tenían una función, varias de ellas eran la guerra y la caza, debido a esta función para evitar daños y puntos débiles, se les cortaba las orejas y cola.
La práctica del corte de orejas se ha extendido hasta nuestros días, actualmente aún hay perros a los que se les cortan las orejas por una razón puramente funcional, mientras que a otros es simplemente una razón estética. En este caso nos preguntamos ¿Hay realmente algún beneficio real para cortar las orejas al perro?
Según los datos aportados por la Canadian Veterinarians Medical Asociation (CVMA), la American Veterinarian Medical Asociation (AVMA), la Californian Veterinary Medical Asociation (CVMA) y la Universidad de Barcelona (UAB) NO hay estudios bien controlados o evidencias científicas para apoyar el corte de orejas como algo estético.
Se ha dicho que los perros con orejas caídas tienen mayor riesgo de sufrir otitis, debido a más concentración de humedad y suciedad, por ejemplo el cocker spaniel es una raza muy propensa a ello, sin embargo, algunos estudios como el de la universidad de Barcelona dicen lo siguiente: Si analizamos más a fondo este tema, y nos centramos en una raza como es el Cocker Spaniel, vemos que esta raza parece estar predispuesta a padecer otitis externa debido a que dispone de una mayor densidad de glándulas apocrinas y presenta una predisposición a la hiperplasia ceruminosa proliferativa y a la ectasia (dilatación o distensión) de las orejas. Esta afirmación sugiere que el riesgo de otitis externa en perros debe considerarse de manera independiente en cada raza y que no podemos afirmar directamente que los perros con las orejas caídas tienen una mayor predisposición a padecer otitis.
Datos de la AVMA dicen: se ha sugerido que los perros con orejas recortadas tienen menos probabilidades de sufrir infecciones del canal auditivo. Si bien el desarrollo de algunas infecciones graves se ha relacionado con la presencia de una oreja colgante pesada, no hay evidencia de que el corte prevenga o trate estas infecciones con éxito. También se ha sugerido que el corte evita las lesiones del oído más tarde o mejora la audición, pero tampoco hay evidencia disponible para justificar estas afirmaciones.
Estos datos evidencian que las orejas caídas y la otitis no está estrechamente relacionada, sino que más bien puede ser la raza y el ejemplar en cuestión, ahí es donde hay que analizar. También habría que analizar el grado de otitis, pues no todas necesitan una intervención quirúrgica.
Algo que nos ha sorprendido bastante, es lo que dicen algunas personas, que sugieren que la oteoctomía previene la sordera. En realidad, ningún estudio que hemos visto menciona nada de esto, de hecho, nos parece una estupidez, lo que el corte podría evitar (y como hemos mencionado no es seguro) o podría ayudar a una curación, es la otitis, una otitis crónica si tendría riesgo de dejar sordo al perro. El corte podría ayudar con la otitis, pero no impide la sordera, si así fuera no habría dogos argentinos sordos y con las orejas cortadas por ejemplo.
Sobre la comunicación, podemos basarnos en estos datos para argumentar por ejemplo:
“Los seres humanos, a través de la selección artificial durante muchos años, han producido cambios en la anatomía y morfología de los perros que han reducido la capacidad de señalización social de varias razas . Por ejemplo, los perros braquicefálicos perdieron la flexibilidad para mostrar diferentes expresiones faciales y los perros con orejas erectas permanentemente o con una cola muy corta perdieron parte de su repertorio de comportamiento expresado por estas estructuras anatómicas.”
Según eso podemos decir que no se mejora la comunicación, o en todo caso, podemos decir que también depende del corte de orejas que se haga, de la misma forma que de la mejora de la capacidad auditiva, lo explicamos poniendo varias razas de ejemplo, el doberman y el alabai. El corte típico del doberman deja la oreja lo suficientemente larga como para poder interpretar los gestos y enfocar perfectamente a la zona donde viene el sonido, lo que en este caso si podríamos hablar quizás (no es algo que se pueda asegurar) de una “mejora”, en el caso del alabai, tenemos un corte bastante grande, dejando las orejas excesivamente cortas, lo que hace que sea más difícil percibir los gestos que hacen con ellas (más difícil, no imposible), y que el enfoque no sea igual, por lo que en esta ocasión se podría decir que está más limitado. La conclusión es que un corte excesivo podría limitar la comunicación (limitar, no impedir), y podría llegar a interferir en las relaciones entre perros o perro – humano (podría, no quiere decir que sea así).
En el caso de perros de trabajo, se han hecho y se hacen por diversos factores, evitar heridas, dar un aspecto más agresivo, etc. Obviamente dar un aspecto más agresivo beneficia a la función de guarda, pues intimida al asaltante, aunque pensamos que es algo que a día de hoy es absurdo, pues encontrar por ejemplo un presa canario de 50 kg que va a por ti, intimida con orejas cortadas y sin cortar. Sin embargo, si es cierto que en perros de caza o protección de ganado es una práctica que se podría justificar, estos perros se tienen que enfrentar a otros animales, entre ellos depredadores, tener las orejas largas podría causar heridas innecesarias, y evitables, por lo que se puede entender que se lleve a cabo dicha intervención, y siempre al margen de la opinión personal que tengamos sobre la función que se da al perro.
La conclusión a la que llegamos y que nos demuestran los datos es que el corte de orejas por estética no beneficia al perro, y es una intervención innecesaria, la cual se podría evitar. Algunos creen que es una intervención muy sencilla aunque los datos de la AVMA nos dan algunas contraindicaciones:
- El recorte siempre debe realizarse con anestesia completa, que a su vez tiene riesgos asociados.
- Los perros experimentarán algunas molestias durante la curación, estiramiento, tapping, vendajes y otras manipulaciones después de la cirugía. Algunos necesitarán sus orejas vendadas o con cinta adhesiva en posición vertical durante días o meses, y pueden aislarse de otros perros durante este período.
- En cuanto a cualquier incisión, las orejas recortadas pueden infectarse. Las orejas recortadas también pueden dejar de estar de pie o tener una forma o posición distorsionada que podría conducir a operaciones posteriores.
Incluso en datos sacados de estudios sobre intervenciones quirúrgicas de otitis, se recomienda investigar nuevas formas para evitar riesgos.
Para finalizar diremos que numerosas asociaciones de veterinarios están contra el corte de orejas, entre ellas: AVMA,
Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA), la Asociación Canadiense de Medicina Veterinaria (CVMA) y la Asociación Veterinaria de Australia. Encontramos un gran consenso entre veterinarios y organizaciones veterinarias en lo referente a esta práctica, solo habiendo más disensiones entre veterinarios particulares, aunque cada vez se dan menos.